domingo, 2 de mayo de 2010

Estofado

Mi primer experiencia cocinando una receta de Doña Petrona. Tengo que decirles que no le tenía mucha fe cuando empecé. Por empezar leo dentro de los ingredientes algo que temí que no sería de mi agrado “Hongos secos”. Si, si, si…ya lo sé. A todo el mundo le gustan los hongos. Una de las cosas que me propuse hace unos meses es empezar a comer alimentos que desde que soy chica digo que no me gustan. Entre ellos se encuentran el pescado y cualquier bicho que provenga del mar o río, y por supuesto: los hongos. No soy una persona cerrada. No digo que no me gusta algo si no lo probé (y ahora si, le pido a los lectores que no llevemos esto a otro terreno que no sea el culinario…ejem!). De hecho el año pasado estuve en Bélgica y probé chorizos asados hechos de carne de oveja, salchichas de caballo en estofado y paella de conejo. Todos estos platos, si bien fue complicado convencer a mi cerebro de que me gustaron, debo admitir que tenían muy buen sabor.
En fin, volviendo al estofado: fui a una dietética del barrio, pedí hongos secos (porque la recetas voy a respetarlas) y le conté a la vendedora lo que planeaba hacer. Me recomendó que en vez de hidratar los hongos en agua los hidrate en el caldo mismo que iba utilizar para el estofado, me pareció una buena idea para que no tengan tanto gusto a hongos, pensé.
El resto de la preparación transcurrió sin problemas, salvo la parte de cortar las cebollas en cuadrados chiquitos: Gente, soy lo más espástico del mundo a la hora de cortar cebollas. El objetivo lo logro, si, no es una ciencia...ahora en cuanto al proceso creo que cualquier cocinero que me ve cortando me da con el palo de amasar en la cabeza. Se me desarma todo, me la paso llorando, un desastre. Mi mamá va a leer esto y me va a decir: Nena ¿Sos boluda?, hay una técnica. (Mi madre putea mucho, pero con cariño, y además siempre se sabe las técnicas, casi de todo, y si no las sabe las inventa y te hace creer que la tiene re clara). Así que a la brevedad voy a pedirle que me enseñe la bendita técnica o ustedes explíquenme cómo es esto de la cebolla.
Otra cosa que me provocó un poco de prurito fue leer al comienzo de la receta: “Colocar en una cacerola media taza de aceite” y después “Agregar una cucharada de manteca”. ¡Media taza de aceite es un montón! Después me dije a mi misma: si no le ponés la cantidad que dice la receta nunca te va a salir tan suculento como a Ella. Petrona, vos me ves desde el cielo de los cocineros, no puedo mentirte…le puse menos aceite. Espero que sepas comprender, yo soy de la generación del postrecito Ser, casi todo lo que como lo comparo con las calorías “de una manzana”. Bueno, a mi 32 manzanas de calorías en aceite ¡me parece demasiado!
Desgrasé la carne, corté las salchichas, salteé todo junto y mientras estaba revolviendo sin mucha expectativa la olla repleta de estofado rojo intenso, se me ocurre probarlo. Dios, pensé. ¿Vieron la película Ratatouille cuando el crítico gastronómico prueba el plato y automáticamente se transporta a su infancia en el recuerdo? Bueno, ESO me pasó a mi. Casi se me salta una lágrima y corrí a llamar a mi mamá: - ¡¡¡Mamá!!! ¡¡¡No sabes!!! El estofado está buenísimo, pensé que iba a tener el mismo gusto que cualquier guisacho que preparo normalmente, pero no, ¡¡¡No!!! Esto está espectacular.
De entrada preparé unas bruschetas que consistieron en pan frotado con ajo y aceite de oliva montado con un salteado de morrones, cebolla y tomate. Copa de vino y unos fideos para acompañar.
Así que, feliz con el primer plato que preparé, acá les dejo el estofado de Doña Petrona hecho por mi.

2 comentarios:

  1. A la mierda!!! que producción!!!! Mucho blog, mucho blog, pero yo no recibí ninguna invitacion para degustar!!!

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  2. Suena bueniiiisimo!!!
    Quiero una probadita!
    Sos una grosa gordi.
    :)

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